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miércoles, 28 de septiembre de 2016

La nueva ola del emprendedorismo

BY MATT SWANSON - MANAGING PARTNER @ SILICON VALLEY SOFTWARE GROUP

La economía del siglo XXI, con un coste de varios billones de dólares, ha permitido que la tecnología tenga una mayor apertura. Esta ha sido impulsada por tendencias que han cambiado la naturaleza de los empresarios; especialmente, cómo estos serán caracterizados en un futuro. Asimismo, serán los ejecutivos industriales con potencial en el ámbito tecnológico, los más demandados por startups emergentes.
En el 2007, Apple reformó completamente la industria tecnológica con el lanzamiento del iPhone. Es difícil imaginar que tan sólo han pasado ocho años desde el lanzamiento del primer smartphone mejor vendido, sin embargo, no se puede negar su impacto en todo el mundo. Más allá de la creación de una nueva dimensión científica, surgió un fenómeno mundial que cambió tanto el destino de los teléfonos móviles como el de la industria tecnológica. Mediante la creación de tecnología intuitiva para las masas, los consumidores empezaron a verla como algo más que una simple herramienta laboral. Economistas, abogados, médicos,ingenieros y personas de todos los sectores económicos no sólo tenían una herramienta para la productividad, sino una indispensable pieza tecnológica que adoptaron como algo indispensable en sus vidas.
Por eso mismo, estos consumidores pueden ahora apuntar hacia ahora hacia un nuevo estándar de ciencia utilizable. Hay que recordar que la tecnología es un fenómeno cambiante que necesita de constante renovación. El software legal engorroso que no permita al abogado buscar casos fuera de la oficina ya no es aceptable. Para aquellos fuera del silo de Silicon Valley, entre las conversaciones que se pueden escuchar durante el almuerzo, un trabajador podrá decir: “¿No sería bueno si hubiera una aplicación para… ?”. Por desgracia, estas conversaciones ocurren a menudo demasiado lejos de los oídos de Silicon Valley; que todavía está dominada por la charla de lo que será el próximo WhatsApp o Instagram. Aun así, un nuevo tipo de empresario está emergiendo y reaccionando a los retos que desafían a su sector. No obstante, a pesar de que estos empresarios cuenten con bastante iniciativa y con oportunidades de hacer un impacto para cambiar el mundo, muchas veces, estos ejecutivos no encajan dentro del arquetipo fundador que muchos inversores de Silicon Valley buscan.
Décadas anteriores vieron cambios similares en las caracterizaciones del empresario. Durante los años 90, cobra auge el MBA de Harvard el cual aplica técnicas de gestión tradicionales para aprovechar las tecnologías novedosas de internet. Por otra parte, la primera década del siglo XXI trajo consigo la “Ciencia de la Computación de Stanford de 22 años” la cual aplicó tecnología a una industria inestable. Ahora, en esta década, estamos respondiendo a una nueva ola de la iniciativa empresarial compuesta por ejecutivos de la industria de la ciencia, con la intención de impulsar la tecnología aún más y deshacerse de cualquier industria no tecnológica.
Durante los últimos 2 años he tenido la oportunidad de ver de primera mano este cambio como el socio gerente de Silicon Valley Software Group (SVSG), una firma de directores enfocada en ayudar a las empresas con su estrategia de tecnología. SVSG ha visto empresarios que van desde productores de cine y vocalistas de las bandas de rock más famosas, hasta ejecutivos de viajes y gerentes de fondos; todos tratando de mejorar en su área a través del uso de la tecnología. Después de una serie de compromisos similares, surgieron algunas observaciones:
En cada compañía, los empresarios miran como la adopción de la tecnología crea nuevas oportunidades. Por consiguiente, los ejecutivos se concentran en un producto en específico el cual surja de esta apertura científica. Sin embargo, he podido notar que estos empresarios no tenían mayor experiencia con la tecnología. Es más, la mayoría de estos empresarios no tenían conexiones pertinentes con la comunidad de Silicon Valley. Y fue entrar a este círculo lo cual les permitió darse cuenta de las oportunidades que la ciencia de la tecnología presenta.
La combinación de capital de crecimiento, el talento multidisciplinar y mentores que fomentan mejores prácticas en base a cómo crear un hiper-crecimiento, es comúnmente dado por sentado por empresarios que forman parte del ecosistema. Sin embargo, la desconexión entre los que forman parte de Silicon Valley y los que se encuentran afuera es impactante. Muchas de las empresas que SVSG ha encontrado no tienen la capacidad de reunir capital estratégico en un primer inicio debido a que sus negocios son demasiado arriesgados en cuanto a ciertos errores comunes que las compañías de Silicon Valley no cometen. Por esto mismo, conceptos tan simples como la metodología de lean startup son bienvenidos para impulsar a estos empresarios no nativos de Silicon Valley.
Estos nuevos fundadores tienen ahora como misión crear un vínculo más fuerte con Silicon Valley. Hasta la fecha, esto se ha visto obstaculizado debido de la mentalidad estrecha de esta región. Sin embargo, las fuerzas del capitalismo se impondrán y estos nuevos empresarios encontrarán su propia comunidad para colocarse alrededor. Los inversores de Keen guiarán a la manada y aprovecharán los mercados existentes para generar el cambio. Incubadoras y aceleradores surgirán con enfoque en los empresarios con experiencia en la industria tecnológica. Nos encontramos en un boom de tecnología el cual ha permitido la apertura de un sinnúmero de maneras de aplicar esta a industrias las cuales no han demostrado ningún cambio en las últimas décadas. Para los que están sentados en la oficina de la esquina, ha llegado el momento de salir porque hay mercados para interrumpir.
Puedes ver el artículo original en Toptal

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lunes, 5 de septiembre de 2016

La H-1B: El viaje de un desarrollador iOS desde Honduras hasta Silicon Valley

BY CARLOS HERNANDEZ - SOFTWARE DEVELOPER @ TOPTAL (TRANSLATED BYPABLO FABREGAT)
This article was originally written in English

Por estos días, vivo en la gran ciudad de San Francisco. Obtuve un trabajo que amo, y uno con el cual soñé con tener durante mucho tiempo. Parece fácil ahora, pero no siempre fue así.

Cómo empezó todo

Nací en San Pedro Sula, un pequeño pueblo en la esquina noroeste de Honduras. Comencé a programar cuando tenía 12 años. Todo empezó con BASIC. Un día, estaba jugando un vídeo juego y se colgó. Cuando ví la pantalla llena de códigos de error y mensajes, me picó la curiosidad—entonces comencé a aprender algunos comandos BASIC, que eventualmente me llevaron a comprar libros de programación sobre Clipper, Turbo Pascal, C, C++, etc. Fue genial. Tenía todo el tiempo del mundo para gastar programando cualquier cosa que quisiera: sin limites de tiempo (aparte de la escuela, que no era tan demandante como un trabajo de tiempo completo) o responsabilidades de adulto.
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Muchos años más tarde, a la edad de 15 años, mi padre estaba teniendo problemas con una aplicación defectuosa de contabilidad. Le dije que podía crear una versión mejor—sin realmente entender en dónde me estaba metiendo (nunca había abierto una base de datos SQL). Entonces compré algunos libros más y me puse a trabajar. (Nota: Esto sucedía en la época en donde Internet no era algo predominante como lo es hoy: estaba viviendo en un país del tercer mundo, e Internet llegó a finales de 1997, 5 años después de haber comenzado a programar).

Sueños y ambiciones

Recuerdo que me dije a mí mismo: “Quiero ser un ingeniero informático”. Por supuesto, no tenía idea exactamente qué es lo que eso abarcaba, pero sabía que me gustaban las computadoras (estoy hablando de esos viejos y cuadrados monitores de fósforo verde, PCs lentas con DOS—horribles, por supuesto, ahora que tenemos de esos brillantes nuevos sistemas operativos).
Entonces, siendo un ingenuo de veinte y tantos, decidí que quería emigrar hacia los EEUU—pero por supuesto, eso es un camino largo e inestable.
Recuerdo muy claramente que en mi segundo o tercer viaje a los EEUU (solíamos ir de vacaciones), decidí que quería vivir ahí. Todo era tan avanzado! Por supuesto que hoy, con la globalización e Internet, las diferencias no son tan vastas, pero brechas en el crecimiento y en el progreso pueden seguir viéndose en el desarrollo de infraestructura, la inestabilidad política, el índice de delincuencia, etc.
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Entonces, siendo un ingenuo de veinte y tantos, decidí que quería emigrar hacia los EEUU—pero por supuesto, eso es un camino largo e inestable.
Por esos tiempos, mi padre tenía una empresa de contabilidad, y habían empezado a tener problemas con su aplicación contable. El desarrollador era obstinado y sin deseos de ayudar, entonces mi padre empezó a buscar alternativas. El quería que me ponga al día como programador, fue a la universidad local—el único lugar donde vendían libros avanzados de programación—y se abarrotó de recursos. Fue un mundo nuevo para mí: tenía una de esas nuevas (en esa época) PCs de monitor de fósforo verde con un procesador de 5 MHz, 256kb de memoria RAM y un disco rígido de 10mb de capacidad. Usaba de esos viejos discos mecánicos, por lo que podías oír todo lo que estaba procesando. El teclado era también mecánico y el sonido al teclear era placentero. 10 años más tarde todavía seguía trabajando en la misma aplicación contable; ahora, sin embargo, lo vendía a clientes, con una interfaz en Windows, una base de datos SQL y conectividad vía Internet.

Yendo a la quiebra

Por esos tiempos, decidí dejar la universidad y empezar mi propia compañía. Había estado trabajando con mi padre, de alguna manera: dividíamos las ganancias de la aplicación contable (a pesar de que era mi idea y ejecución, el invirtió mucho tiempo enseñándome contabilidad). Así que tomamos caminos separados: él seguía vendiendo la versión actual de la aplicación y yo me embarqué a crear una nueva. Pero como descubriría pronto, el negocio de desarrollo de software en Honduras no es ningún paseo en el parque: los clientes no quieren pagar por tus servicios, y ellos ven siempre el desarrollo de software como una tarea relativamente fácil dado que no requiere trabajar con un producto tangible; a menudo, no perciben el valor en el software al no crear ganancias inmediatas, haciéndolo más difícil de vender.
Del lado del negocio, había contratado a algunos de los mejores estudiantes de la carrera (a quienes encontré cuando volví a la universidad). Pero con el tiempo, comencé a usar demasiados títulos: CEO, contador, Representante de RRHH, Servicio y Soporte al cliente, Jefe de proyecto, y (mi favorito) Desarrollador. Yo sólo quería programar, pero se volvió demasiado difícil mientras mantenía todos esos roles. Eventualmente, nos encontramos con problemas, como que nuestros clientes no estaban pagando a tiempo y luchábamos para encontrar nuevos proyectos: cuando tienes a los mejores talentos alrededor, estos quieren ser bien pagados, y estábamos pagando bien; pero los clientes no estaban respondiendo como esperábamos. Además, el vivir en un país del tercer mundo había desalentado cualquier tipo de interés de inversión. Tendría que haber ido con un modelo de negocio distinto, pero estaba demasiado ocupado haciendo malabares con todos mis títulos. Al final, la compañía quebró, y a mi me quedó una tonelada de deudas, empleados enojados y un gusto amargo en la boca. Tenía que empezar de nuevo desde el principio.

El SDK de iPhone

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150mil descargas de aplicaciones pagas después, demostré que tenía razón.
Lo que más importa es cómo nos levantamos de vuelta cuando enfrentamos la derrota, y cómo aprendemos de nuestros errores. Empezar de nuevo y re-pensar todo es desalentador, pero eso es lo que tenía que hacer. Mi esposa me ayudó durante esos momentos difíciles y me empujó a hacer cosas que no pensé que podría ser capaz. Así que empecé a trabajar en mi aplicación contable de nuevo, pero sin ningún dinero para marketing era muy difícil de promover. Los ingresos eran escasos, y necesitaba mantener a mi familia. Tuve que cambiar de marcha. Alrededor de la misma época, Apple introdujo el SDK de iPhone. Sonaba como una plataforma arriesgada para mí; además, era nuevo con el Mac en sí. (mi transición al Mac empezó con el iPhone y unHackintosh, que me dejó probar el sabor de OS X sin desembolsar dinero en una máquina costosa). Algunos de mis amigos se reían y me ignoraban por completo cuando decía que iba a desarrollar para el iPhone; pero realmente creía que había dinero de por medio en la App Store. 150mil descargas de aplicaciones pagas después, demostré que tenía razón; aunque, por supuesto, esos números solos no cuentan la historia completa:la economía de la App Store es compleja, realmente necesitas invertir en tu producto y encontrar clientes para crear valor a largo plazo. Y para eso, necesitas un equipo. Así que aunque le estuviera yendo bien a mi aplicación, no era sostenible (desde el punto de vista del negocio) para seguir desarrollándola por mi cuenta. A pesar de todo, había demostrado lo que podía hacer—entonces, un día, me levanté y me dije a mi mismo que finalmente emigraría a los EEUU.
Como pude descubrir, emigrar a los EEUU no era una tarea fácil. Probablemente la ruta más simple era conseguir una Green Card por medio de un miembro de la familia, pero mi opción más cercana era mi hermano, que había nacido en los EEUU; sin embargo, el vivía con nosotros en Honduras y no podía pedir por nadie ya que no estaba trabajando en ese momento. Y aunque pudiera, el proceso podría llegar a tomar 15 años (Nota:los hermanos tienen menor preferencia en lo que respecta a miembros familiares para el patrocinio de la Green Card). Mi solución era crear una compañía estadounidense. Conseguí que un amigo invirtiera y empezamos a crear juegos para iPhone y iPad. En los papeles, todo parecía genial; pero, por supuesto, la economía de la App Store nos demostró lo contrario. Pronto, estábamos necesitando más dinero; mi amigo no había anticipado eso. Al final, publicamos una aplicación (había otra en desarrollo, pero nunca fue finalizada debido a problemas de financiación). De vuelta, las cosas parecían poco prometedoras. Decidí perseguir lo que creí que era mi último recurso: trabajar para una compañía de EEUU.

Consiguiendo un empleo

Es duro ser contratado por una compañía de EEUU desde el extranjero. Me postulé para varias posiciones, pero el primer problema era que requerían relocación: ellos tendrían que solicitar y patrocinar una visa de trabajo. El proceso era caro en términos de tiempo (hasta un año, si no hay visa disponible en ese momento) y dinero (por ej., honorarios de abogados). Así que, en vez de eso, comencé buscando trabajo por medio de un sitio de trabajo independiente online. En teoría, es un buen servicio. Pero, al principio, debes empezar por construir confianza—lo cual es duro. Hay también hordas de desarrolladores que cobran menos que el promedio sólo para llamar la atención; por esto, es difícil ser bien pagado. Terminé haciendo un sólo proyecto por medio del sitio, que valía 8 horas de trabajo.
Más tarde, fui contactado por Toptal con lo que parecía una muy buena oportunidad: ellos contratan grandes programadores y los conectan con los clientes. Además, puedo trabajar desde casa, y para una empresa de EEUU. Aparecí en sus radares por medio de mi trabajo en la App Store, pero todavía tenía que pasar un estricto proceso de selección, haciendo de todo, desde comprensión de textos hasta trivia de programación, desde algoritmos de optimización hasta sesiones de programación cronometradas. Lo más memorable fue la entrevista final, que incluía discutir uno de mis proyectos y guiando a un ingeniero de Toptal por algunas partes de mi código para demostrar que era realmente mío.
Luego de que Toptal me aceptara dentro de su red de desarrolladores, fui puesto en una lista de espera. Una vez que el cliente muestra interés en un desarrollador en particular, este entrevistará a ese candidato (cómo en una entrevista de trabajo normal) para asegurarse que es el adecuado. Antes de mi primer entrevista, estaba bastante nervioso. Comenzó con el cliente explicando lo que se esperaba de mí, así como también el proyecto en general, y haciendo preguntas todo el tiempo para comprobar sí había entendido todo. Mientras la entrevista avanzaba, las cosas no estaban yendo como esperaba, y las preguntas se fueron volviendo cada vez más específicas y técnicas. Terminaron contratando a alguien más. En retrospectiva, fue bueno que no me hayan querido: una semana después, fui entrevistado por quien, eventualmente, terminó siendo mi empleador a tiempo completo.
Me preparé mejor para la siguiente entrevista, la cual fue tan bien como podría haber esperado: hablamos más sobre mi experiencia cómo desarrollador, y la compañía se familiarizó con mi enfoque para solucionar problemas. Tres días después, había firmado contrato y comencé a trabajar para este nuevo cliente via Toptal.
Trabajé para Life360 via Toptal al menos 9 meses. Su producto estrella es una aplicación móvil de localización de familiares, pero inicialmente estuve trabajando sólo en algunos proyectos paralelos: la primera, una aplicación de alertas de terremotos; y la segunda, un escáner policial. Por algunos meses, mi flujo de trabajo consistía principalmente en: recibir requerimientos de alto nivel de Life360, devolviendo bocetos y preguntas, e integrando sus respuestas dentro de esas aplicaciones, repetía este ciclo varias veces. Estaba en contacto con un diseñador y algunos empleados de Life360 (la compañía tenía sólo cinco o seis en esa época), pero tenía mucha autonomía. Era liberador trabajar desde casa: no tenía que viajar a diario y había creado un ambiente de trabajo sin distracciones.
Pronto me encontré más y más profundamente integrado con el equipo—había demostrado mi valor, por decirlo de alguna manera, con estos dos proyectos iniciales. Para Diciembre, me preguntaron si quería formar parte del equipo a tiempo completo en San Francisco—Acepté con entusiasmo y ellos empezaron el papeleo. Para Enero, estaba atendiendo reuniones diarias de Scrum (virtualmente, ya que estaba todavía en Honduras), describiendo mi trabajo del día anterior y mi lista de tareas para lo que seguía. Mi flujo de trabajo se volvió más organizado, y me comprometí más con la empresa.

Reubicación

Era un sueño hecho realidad: había hecho un gran trabajo para una compañía de EEUU, y estaba en camino de reubicarme—pero todavía faltaban varios obstaculos a superar. En primer lugar, nunca había completado mi carrera universitaria. Aunque no es estrictamente necesario para trabajar en una empresa de tecnología en estos días, sí se necesita el título de bachiller para calificar para una visa de tipo H-1B. Así que tuve que terminar mi carrera; esto requería de un compromiso de seis meses a un proyecto de mayor escala, el cual tenía justo el tiempo necesario para completar.
Aunque no es estrictamente necesario para trabajar en una empresa de tecnología en estos días, sí se necesita el título de bachiller para calificar para una visa de tipo H-1B
El abogado llenó el papeleo el 1ero de Abril, el día en el que el proceso de la visa tipo H-1B abre (al momento del envio, dejó la sección del diploma cómo “pendiente”, dado que el tipo de visa H-1B es limitado y podía enviar la documentación más tarde). Terminé mi proyecto a tiempo, atendí a mi ceremonia de graduación y recibí un diploma.
Desde ese punto en adelante, la compañía que te contrata tiene que ser muy abierta, por sobre todo, y muy paciente. El proceso para la aplicación de la visa empieza en Abril; si optas por la opción del proceso premium, obtienes tus resultados de la USCIS en dos semanas. Luego de eso, todavía tienes que pasar por un proceso de entrevistas, punto en el cual todavía te pueden denegar la visa; pero si todo sale bien, puedes entrar a los Estados Unidos después del 1ero de Octubre — seis meses después de la fecha de la aplicación, y no antes. Esto significa que no puedes trabajar para esa compañía hasta que realmente consigas la visa de tipo H-1B, lo cual puede ser un problema: la compañía necesita resolver como continuar trabajando remotamente mientras esperan que la visa se active. En mi caso, la compañía decidió contratarme como un desarrollador independiente, facturar mis horas como servicios profesionales, y no rompió ninguna ley de inmigración y trabajo.
Volé a San Francisco el 1ero de Octubre de 2012. El objetivo que había ansiado desde que puedo recordar fue finalmente completado.
Artículo original en Toptal.
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